El comentario de Trump revela el malestar del príncipe heredero saudí

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La reciente defensa del presidente Trump del príncipe heredero saudita Mohammed bin Salman, luego de una pregunta directa sobre el asesinato de Jamal Khashoggi, expuso inadvertidamente la probable culpabilidad del príncipe. En lugar de negar las acusaciones, Trump reprendió a la periodista por incluso hacer la pregunta, diciéndole: “No tienes que avergonzar a nuestra invitada haciéndole una pregunta como esa”.

Esta reacción es reveladora. Como observó un psiquiatra, las personas inocentes cuando se las acusa injustamente suelen responder con indignación y enojo. Los culpables, sin embargo, tienden a sentirse incómodos o avergonzados. La defensa instintiva del príncipe por parte de Trump al atacar al periodista sugiere que el propio príncipe probablemente se sienta incómodo con la investigación.

La cuestión central no es simplemente la libertad de prensa: es que el comportamiento de Trump implica que cree que los periodistas estadounidenses deberían someterse a la autoridad presidencial en lugar de investigarla.

La reprimenda del presidente a la periodista, calificando su pregunta de “insubordinada”, refuerza este punto. Trump parece ver a los medios como una extensión de su propio control, no como un control del poder. Esto se alinea con su desdén más amplio por la información crítica y su aparente deseo de una prensa que se comporte más como los medios controlados por el Estado de Arabia Saudita.

Algunos periodistas proponen una táctica sencilla: la repetición incesante de preguntas incómodas hasta que se respondan. Este enfoque directo subraya el papel fundamental de una prensa libre a la hora de responsabilizar a los líderes, incluso cuando esos líderes prefieren el silencio.

En última instancia, el desliz de Trump proporciona una visión reveladora de la dinámica en juego. La incomodidad que mostró al proteger al príncipe sugiere una conciencia, tal vez subconsciente, de que el príncipe tiene algo que ocultar.